lunes, 5 de diciembre de 2011

Los Rechazos.

He descubierto mi gran sensibilidad hacia los "rechazos", lo pongo entre comillas porque muchas veces no lo son. Desde muy chica he evitado los confrontamientos callando mis opiniones o deseos. Si querían que fuera el árbol en una obra de teatro aceptaba sin chistar por más que odiara ese papel en la obra. ¿Todo por qué? Por agradar a todos. ¿Con qué necesidad eso? Patológico miedo al rechazo y a la soledad. Aún no puedo descubrir de donde surge esto. ¿Burlas infantiles? ¿Ejemplos de mayores? ¿Escudo frente a mis discapacidades?. No lo sé. Lo único que sé es que un mínimo desplante genera en mi una cascada de pensamientos que atentan contra mi persona ante un inminente rechazo que quizás ni existe. Incluso temo formular preguntas por miedo a que la respuesta (o la pregunta misma) pueda cambiar la situación para mal (sin considerar que pueda mejorarse).
Mi proceder frente a los demás es complaciente y me cuesta entender cuando alguien no es así conmigo a tal punto que me resulta hiriente y me lo tomo personal. Me gustaría descubrir la raíz de esto para poder cambiarlo. Es un lado de mi personalidad que me causa mucho sufrimiento. Muchas veces un sufrimiento que es en vano.

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