El deseo que despierta naturalmente, en un instante y nos toma por sorpresa, se torna imparable. Es un deseo latente y maravilloso, es distinto, es fuego y es dulzura. Te llama a disfrutarlo, a no desperdiciarlo. No busca problemas, propone escapes y situaciones relajantes. Un sentimiento envolvente que me llena. Por vos. Sin ataduras. Cariño y deseo, de eso tenemos.
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