Me di cuenta, a partir de su sorpresivo arribo a mi vida, que me había acostumbrado a los desplantes y al desinterés. Me vi a mi misma repitiéndome frases de abandono como queriendo cubrirme de un supuesto desaire. Cada una de esas veces rompió mis esquemas sorprendiéndome por completo. Una mezcla de incertidumbre y felicidad. Esa nueva forma de sentirme apreciada (realmente...) me pone un tanto confundida pero me envuelve en alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario