... Sonreía sencillamente porque sabía que ella estaba ahí, observándolo. La había visto perdida pero quiso que fuera ella quien se acercara primero y por eso reía. Por nervios quizás, quién sabe.
Ella, mientras, seguía observándolo sin saber si acercarse. El deseo terminó ganando y por fin salió de su escondite... En ese momento reinó el silencio, ninguno supo que decir. Estoy perdida, dijo ella hablando rápido. Me di cuenta, le respondió, vení, sentate. Y eso hizo ella, se acercó despacio y se sentó a su lado. Entonces él le ofreció un poco de agua y al alcanzarle el cuenco sus pieles hicieron contacto. Eso produjo una reacción que ya no podría detenerse...
...continuará.
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