Tras casi 3 años de lucha y paciencia vuelvo a encontrarme con un posible punto de inflexión. El miedo y las ansias vuelven a salir a flote. Ansias por recuperar la libertad, mi libertad y la de mi familia. Miedo por los intentos fallidos del pasado. Extraño cosas tan simples como poder barrer o viajar en colectivo, extraño poder manejarme sola. Esta vez todo apunta a que las cosas salgan bien, todos los deberes están hechos. Es momento de confiar y tener fé, más fé que nunca. Ya me liberé de uno de los dolores. La salida está cerca.
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